Ese nutriente está presente sobre todo en alimentos como los cereales integrales, los frutos secos, el pescado y la carne.
Con forma de mariposa, la tiroides es el órgano principal que interviene en el funcionamiento del corazón, el aparato circulatorio, el estómago, los intestinos, los nervios y los músculos.
Cerca de un tercio de los alemanes presentan irregularidades relacionadas con esta glándula de los que un por ciento padecen la tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad de carácter autoinmune que, por error, dirige al sistema inmunológico contra el propio cuerpo y genera anticuerpos contra la tiroides.
La consecuencia directa es una inflamación crónica de la tiroides, lo que a largo plazo produce hipotiroidismo y genera numerosas molestias.
Las últimas investigaciones han demostrado que una alimentación rica en selenio provoca una mejora clara del estado general de los pacientes que sufren esta patología.
La razón es que el selenio constituye un oligoelemento indispensable para el funcionamiento de la hormona tiroidea, ya que controla las principales enzimas, responsables de neutralizar los radicales libres.
Cuando la cantidad de selenio presente en el organismo es insuficiente, las enzimas no pueden trabajar de forma óptima, por lo que se producen daños en el cuerpo humano.
La Asociación alemana de Nutrición recomienda una ingesta diaria de entre 30 y 70 microgramos, frente al consumo medio real que se sitúa en torno a los 47 microgramos en el caso de los hombres y 38 en las mujeres.