La migraña o jaqueca es una enfermedad de causas específicas desconocidas, que se manifiesta por crisis o ataques repetitivos de dolores en la cabeza insoportables. Sus características son: la aparición recurrente de crisis que permanecen entre 2 y 72 horas, en conjunto con hipersensibilidad a los estímulos sensoriales de luz y ruido; así como trastornos digestivos y manifestaciones de ansiedad.
Una crisis de migraña pueden ser desencadenada por varios factores: reacción a una alergia, a ruidos fuertes, olores, estrés físico o emocional, no dormir lo suficiente, fumar o exponerse al humo del cigarro, omitir comidas, ingerir alcohol, los ciclos menstruales, el uso de píldoras anticonceptivas. Así como algunos alimentos como el chocolate, las nueces y la mantequilla de maní, el aguacate, el banano, los cítricos, las cebollas, los productos lácteos (quesos curtidos), pescado ahumado y los alimentos fermentados (vino rojo) o embutidos (tocino, salchicha y salami). Cabe resaltar que estos alimentos no causan daño a la salud, solamente contribuyen que personas propensas a padecer migraña, se enfermen con mayor facilidad.
Los síntomas para determinar que se tiene migraña, y que no un simple dolor de cabeza, son muy específicos: dolor intenso en uno o ambos lados de la cabeza, náuseas, vómitos, molestia ante la luz y al ruido, falta de apetito, cansancio, entumecimiento, hormigueo o debilidad. También existen otros síntomas asociados a este padecimiento, que son considerados como signos de advertencia que aparecen antes del dolor de cabeza. Dichos signos son principalmente alteraciones en la visión. Se lleva a visualizar un aura, estrellas o líneas en zig-zag; un túnel obscuro o punto ciego temporal. Sin embargo, cabe señalar que no todas las personas presentan tales signos de advertencia. Los síntomas que identifican a la migraña son: dolor de cabeza intenso durante varias horas, en ocasiones días, y la sensibilidad a luz y ruido. Existen otros síntomas que alertan a las personas de la llegada del dolor de cabeza, las cuales casi siempre se presenten como alteraciones visuales, auditivas, sensitivas o motoras, es decir, problemas en la visión, en el habla, pérdida del equilibrio o dificultad para mover una extremidad. Lo anterior permite poder prevenir la presencia de dolor. Pero desgraciadamente, no todas las personas presentan síntomas de alerta. Es importante señalar, que después de haber una crisis de migraña, es posible que el dolor deje secuelas temporales: confusión mental, sentir que el pensamiento no es claro, tener necesidad de dormir y dolor en el cuello o cabeza. Las migrañas no representan una amenaza significativa para la salud; sin embargo, pueden volverse crónicas, y llegar a interferir en la vida cotidiana de la persona. El riesgo que puede presentarse, es que los vasos sanguíneos se contraigan, el flujo de sangre no llegue a algunas partes del cerebro por un largo período de tiempo y originar convulsiones¿. Hasta el día de hoy, no se ha encontrado una cura exacta para la migraña. El tratamiento a seguir depende de cada persona, pues existen personas que presentan dolores ocasionalmente que requieren poco o ningún tratamiento, mientras que otras, requieren el uso de numerosos medicamentos o incluso hospitalización ocasional. El mejor tratamiento es la prevención. Cuando se tienen síntomas de migraña, se debe tratar de atacarlos de inmediato con el fin de reducir la intensidad del dolor de cabeza. La Federación Mexicana de Otorrinolaringología, Cirugía Cabeza y Cuello, A.C. sugiere las siguientes medidas de prevención:
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