Más de la mitad de los niños de entre 1 y 6 años de edad son considerados de alimentación selectiva. Pero este tipo de hábitos puede tener implicaciones para toda la vida.
Los niños selectivos tienden a comer sólo algunos alimentos y en pequeñas cantidades, además de que evitan probar comidas nuevas. Las causas pueden ser fisiológicas y psicológicas entre las que resaltan: el apetito, la genética y el crecimiento, la lucha por la autonomía, emociones y humores cambiantes, o hasta una mala relación entre la madre y el hijo.
Los expertos comentan que el sobornar o amenazar a los niños si no comen bien puede aumentar el problema.
Algunos estudios demuestran que las consecuencias de los hábitos selectivos pueden ser muy graves pues contribuyen a la aparición de enfermedades crónicas, complicaciones del crecimiento y el desarrollo de trastornos alimenticios. También pueden resultar en deficiencias nutrimentales, en problemas sociales y emocionales como aversión al tacto, el letargo y el desinterés en el juego o el aprendizaje.
Para fomentar hábitos alimenticios saludables, los expertos en nutrición recomiendan las siguientes reglas alimentarias:
1 Evitar distracciones durante la hora de la comida.
2 Adoptar una actitud neutral, no presionar al niño para comer.
3 Fomentar el apetito al limitar las botanas y equilibrar el tamaño de las porciones.
4 Limitar la duración de la hora de la comida.
5 Brindar alimentos adecuados a la edad.
6 Introducirle al niño alimentos nuevos gradual y frecuentemente.
7 Fomentar que los niños coman independientemente, no dar en la boca a un niño con la edad suficiente para usar cubiertos.
8 Permitirles “ensuciarse” cuando coman.
Si padeces todos los días porque tus hijos no quieren comer o comen pocas cosas debes acudir con tu pediatra para que te ayude a solucionar el problema. Una opción es que compelmentes su alimentación con algún suplemento nutricional completo y balanceado que le ayudará a obtener las calorías, vitaminas y minerales que necesita para un crecimiento saludable.