viernes, 26 de febrero de 2010

SINDROME DE COLON IRRITABLE


Definición del síndrome del colon irritable

El síndrome del colon irritable se caracteriza por una serie de síntomas o molestias como alternancia del estreñimiento y diarrea, espasmos intestinales, hinchazón, nauseas y flatulencias. La dieta, la tendencia genética y el estrés son algunos de los factores más determinantes.

Nutrición en el síndrome del colon irritable

Respecto a la dieta hemos de ir descartando alimentos ya que suele haber una especie de alergia a determinados alimentos. Por ejemplo durante unos días eliminar todos los lácteos de la dieta y observar que ocurre. Si no mejoramos, continuamos eliminando otro grupo de alimentos como el trigo, la cebada y el centeno. Así podremos ver si digerimos bien el gluten o no. Es una labor un poco laboriosa pero un buen consejo es anotar durante varias semanas todo lo que comemos y como nos hemos sentido a lo largo del día. Al final de varias semanas seguro que ya podemos sacar algunas conclusiones respecto a que alimentos nos van bien o no y la relación entre colon irritable y determinadas situaciones.

Respecto a la conveniencia de tomar alimentos ricos en fibra o no hay casos para todos los gustos. Algunas personas mejoran al tomar más fibra en su dieta y otras muchas, en cambio empeoran. Como norma aconsejamos que si se quiere aportar más fibra que no sea la del trigo. Es mejor la de la avena, verduras, Psillium y frutas.

De entrada los alimentos crudos suelen tolerarse peor que los cocinados.

Por supuesto hay que eliminar todas aquellas bebidas que contienen gas y acostumbrarnos a beber sólo agua en las comidas.

Uno de los detalles más importantes es hacer cinco comidas al día. Hay que desayunar, comer a medio día y cenar. A media mañana y media tarde tomar un tentempié como unas galletas, una compota de manzana o unos frutos secos crudos.
Está comprobado que pasar demasiadas horas sin comer nos aumenta los niveles de insulina y debilita nuestra capacidad digestiva.

Comer poco a poco, masticando y ensalivando los alimentos. La digestión comienza en la boca. No hace falta decir que el hecho de comer de pie está totalmente desaconsejado.

En general es mejor suprimir la leche de vaca y pasarnos a la vegetal (soya, almendra, avena, arroz, avellanas, etc.) aunque los yogures y especialmente el kéfir se toleran mucho mejor.

Fitoterapia para el síndrome del colon irritable

  • La fibra de Cáscara de Psillium ayuda a limpiar los intestinos gracias a su fibra soluble e insoluble. Como forma una especie de gel tiende a aliviar tanto la diarrea como el estreñimiento ya que estos mucílagos absorben agua y reducen el efecto irritante de los alergenos y ácidos que se asocian normalmente con el síndrome del colon irritable.
  • La Manzanilla (Matricaria chamomilla) suele ser de gran ayuda ya que reduce los espasmos gastrointestinales debido a sus propiedades relajantes del sistema nervioso y tonificante de los procesos digestivos.
  • El jengibre suele aliviar la mayoría de problemas gastrointestinales. Se puede tomar en infusión o como aderezo en las comidas.
  • Una buena tisana después de las comidas podría constar de Melisa, Manzanilla y Anís verde. Es digestiva, relajante y carminativa (favorece la expulsión de los gases)

Otros consejos en el síndrome del colon irritable

La relajación siempre es vital en los casos del síndrome del colon irritable ya que el estrés es, quizás, la causa más determinante. Hay que intentar relajarnos aunque sea unos minutos después de las comidas. Cualquier técnica relajante (Shiatsu, masaje, Reiki, método Silva, etc.) siempre será bienvenida.

Tomar vitaminas del grupo B (consultar al especialista la dosis) ayuda a tolerar mejor el estrés y esto es vital ya que suele estar detrás de la mayoría de problemas digestivos.

La toma de enzimas digestivos y "flora intestinal" (Lactobacillus acidophilus, Bífidus, etc.) antes de las comidas suele ser de gran ayuda ya que colaboran en la digestión y en el equilibrio de la flora intestinal. Hemos de tener en cuenta que las bacterias perjudiciales que a menudo anidan en nuestros intestinos pueden favorecer o agravar el síndrome del colon irritable.