Para casi todas las lastimaduras, el ajo se puede utilizar machacado directamente sobre la herida. Esto aliviará el dolor y evitará infecciones, pues la alicina ingresa al torrente sanguíneo.
Además, al ser ingerido, el ajo ayuda a generar flora bacteriana benéfica y contrarresta el efecto de píldoras y pastillas en el estómago.
Para las infecciones causadas por hongos, el pie de atleta por ejemplo, es útil usar pasta de ajo como crema y cubrir los pies con calcetines, aunque es recomendable que estas prendas sean exclusivas para el tratamiento y además estemos dispuestos a botarlas al terminarlo. Igualmente se lo puede aplicar en erupciones, tanto por acné como por herpes, genital o bucal.
Otro de sus beneficios se observa al frotarlo en el pecho para aliviar resfriados y neumonía, y al frotarlo en las fosas nasales se pueden aliviar sinusitis y rinitis.
Finalmente, el ajo será un gran analgésico y antibiótico al frotarlo mediante un hisopo en los oídos.
Cómo preparar el ungüento de ajo
Para realizar esta maravillosa pasta multiusos solo necesitas recordar la regla del 3×3.
Tres ingredientes: aceite de coco virgen, aceite de oliva extra virgen y ajo fresco. Para realizar esta preparación necesitarás tres cucharadas rebosantes de cada uno.
Procedimiento a seguir: Coloca el aceite de coco a calentar a fuego bajo, agrega el aceite de oliva y mézclalos de manera uniforme. Cuando esté caliente y homogéneo, agrega el ajo picado, saltéalo y retira del fuego. Pon la preparación en la licuadora o muélela con un mortero o un molinillo de café; cuela la preparación y vierte el resultado en un frasco. ¡Listo, ahora tienes tu propio ungüento antibiótico y analgésico! Guárdalo en el refrigerador y no olvides que la mezcla solo se mantiene por dos semanas.
Aclaración: Cuando la preparación está recién hecha tiene un color blanco parecido a la leche, pero poco a poco se convierte en una pasta suave y espesa. Tras varias horas de refrigeración, descubrirás que su densidad ha aumentado convirtiéndose en un bálsamo fácil de untar.
Si has llegado hasta aquí en tu lectura significa que te has entusiasmado con este antiguo remedio natural, entonces solo resta darte un último consejo: a pesar del aceite de coco, el olor del ajo prevalecerá, por lo tanto trata de usarlo solamente en casa, pues este olor también se impregnará en tu ropa. Así que deberías elegir prendas específicamente para el tratamiento y tener la precaución de no mezclarlas con otras al lavarlas.