jueves, 27 de diciembre de 2012

CIATICA EN EL EMBARAZO

 Los síntomas de ciática en el embarazo no suelen diferir mucho de una ciática por otra causa patológica pues el dolor está producido por el mismo nervio (ciático) y la sintomatología es similar en todos los casos, solo que en el embarazo suele ser reversible (recuperable) después del parto. Los síntomas suelen ser dolor constante o intermitente, con los movimientos o cambio de postura. 
Suele darse en los últimos meses de embarazo, más en el último mes, salvo excepciones que comienzan antes. El dolor parte de lumbares, glúteos, pierna y tobillo. Peculiaridades aparte.  
En algunos casos existe una predisposición de la persona a padecer esta situación por motivos puramente bioquímicos como es la excesiva elasticidad de los tejidos de sostén de las estructuras del cuerpo. El motivo se agrava cuando las hormonas están altas en el periodo de embarazo, máxime en los últimos meses. Hormonas, entre ellas la “relaxina”, hacen que la región pélvico-sacra sea más laxa cara al parto. También juega un papel muy importante el sobrepeso, que añade el crecimiento del feto y líquidos del estado grávido, más la suma de la posible carga ponderar por una dieta inadecuada o excesiva de la embarazada. La parte mecánica implicada son las lumbares y su estructura en lordosis excesiva (la curvatura natural estaría aumentada, híper-lordosis lumbar). 
Esto hace que los agujeros de conjunción se cierren un poquito, al mismo tiempo que los ligamentos, discos y estructuras colindantes o periféricas, se tensen e hipoxien (poco oxigenación) irritando raíces nerviosas que configuran el nervio viático. Otra estructura implicada y responsable en gran medida de la ciática en embarazadas (y esto os lo cuento como un secreto): es vuestro músculo piramidal. Si se normaliza o evita su sobre carga, todos las demás especulaciones pueden sobrar.  
El principal tratamiento con técnicas osteopáticas para la ciática en el embarazo sería normalizar el músculos piramidal, masajear la región lumbo-sacra, estabilizar la sínfisis púbica desde la manipulación de la palas iliacas y desinhibir los músculos psoas iliacos. Los dolores aparecen y desaparecen bruscamente, se mueven con rapidez desde la cadera al talón. Estar de pie, sentado. Echado y ejercer presión sobre el nervio aumentan el dolor, mover y flexionar la pierna alivian. El calor y el frío no tienen nunca una atribución clara, aunque los cambios de tiempo acrecientan los dolores. Suele tener frecuentes hemorragias nasales. Infecciones de moco elástico y adherentes difíciles de extraer de las fosas.  
Es fundamental que la mujer embarazada, desde el primer día de saberlo, comience a caminar de dos a tres kilómetros diariamente (tonifica la musculatura lumbar), más media hora de gimnasia de suelo (abdominales y dorso-lumbares, fundamentalmente) No debe coger peso extra por exceso de alimentación. Evitar las grasas animales en exceso, no tomar dulces y bollería, sobretodo industrial. También muy importante: al primer síntoma pedir ayuda profesional desde la Osteopatía para frenar la evolución disfuncional.