Es una planta muy familiar por encontrarse habitualmente en cualquier jardín y en las praderas de cualquier campo, sus hojas son dentadas, su flor central amarilla, y al madurar da lugar al famoso molinillo de viento, blanco, que se pasea con los remolinos de aire, elevándose o corriendo por el suelo. Cuando se corta la planta sale una sabia lechosa blanca.Tienen propiedades curativas tanto las hojas como las raíces.
Las hojas son diuréticas suaves y estimuladoras del hígados y de las digestiones, son utilizadas en los edemas, sobre todo los de origen cardiaco. Tomar 10 gramos de la hoja tres veces al día, en infusión.
Las raíces son tónicas, digestivas, colagogas (favorecen la salida de la bilis desde la vesícula biliar), diuréticas y laxantes, se usan en los problemas del hígado, vesícula, en la ictericia hepática, en los problemas digestivos con estreñimiento, en el exceso de toxinas en la sangre si existen inflamaciones crónicas de las articulaciones y la piel. La savia se aplica además para quitar verrugas a largo plazo. La dosis terapeútica y frecuencia es igual que la de las hojas.
Ya en el siglo x los médicos y herbolarios árabes escribían sobre los efectos diuréticos del diente de león, que se consideraba una especie de endibia silvestre.
Trescientos años más tarde estaba presente en muchos medicamentos.
En el siglo pasado se cultivaba en muchos huertos para su consumo en ensalada.
Recibe el nombre de diente de león por sus hojas aserradas y con aspecto de muelas y hoy día se cultiva en la India y en los Estados Unidos de América para combatir las enfermedades del hígado.
En toda, Europa es ampliamente conocido como ingrediente de muchos tónicos y medicinas patentadas.
Se trata de una planta carente de tallo y formada por una raíz central en punta y hojas verdes y aserradas; tanto estas como aquella exudan un jugo lechoso al ser cortadas.
Desde principios de primavera hasta otoño el diente de león tiene flores de color amarillo brillante situadas en lo alto de la planta.
El diente de león se encuentra en estado silvestre por doquier, así que es muy fácil conseguir una provisión regular de hojas y raíces.
Si vives en una ciudad, encontrarás tanto sus hojas como sus raíces en las buenas herboristerías.
Con las hojas de diente de león se hace una buena leche limpiadora e hidratante así como una mascarilla facial, ambas particularmente indicadas para las pieles amarillentas.
Empleada con otros ingredientes en el agua del baño, puede servir de ayuda a los que intentan perder peso
