viernes, 13 de noviembre de 2009

EL AUTISMO ES MAS FRECUENTE EN HOMBRES QUE EN MUJERES


El autismo es un trastorno mental provocado por diversas alteraciones neurobiológicas que impiden la interacción social de quienes lo padecen. Tiene una incidencia mayor en niños, pues afecta a cuatro varones por cada niña. Este padecimiento, se manifiesta con déficit en áreas funcionales de los procesos de desarrollo y 30 % tiene deficiencia mental.
Los niños con diagnóstico de autismo son incapaces de relacionarse con los demás, su capacidad del habla y gestos para comunicarse es limitada; tienen comportamientos y actividades típicos y repetitivos. Es una enfermedad rara y poco frecuente, que registra una tasa de dos a cinco casos por cada 10 mil nacimientos en población general.

Las señales de alerta inician desde los primeros meses de vida, cuando los padres notan que no hay respuesta o reactividad del bebé hacia las manifestaciones de calor humano: si está acostado permanece sin moverse en su cuna, no responde cuando le ofrecen los brazos y cuando lo cargan no reacciona.

Otros síntomas típicos son: escasa capacidad para imitar o compartir, incluso rara vez sonríen. Se muestran pasivos y distantes, evitan el contacto social, tienen dificultad para comprender el lenguaje verbal y los gestos o identificar el tono de voz, tienen frecuentes fallas en la interpretación, puntualizó.

Estos niños no tienen capacidad para darle significado a esas diferencias; les cuesta trabajo captar o apreciar los sentimientos de los demás, así como los matices que se le da a la comunicación social y no pueden interpretar si otra persona está triste o alegre.

Después de los seis meses, un bebé empieza a tener una reacción emocional normal, pero si los papás detectan un comportamiento diferente es vital llevarlo de inmediato con el médico familiar, quien después de revisarlo y realizar la historia clínica lo enviará con el especialista en psiquiatría, a fin de confirmar el diagnóstico y proceder con el tratamiento.

El objetivo de las terapias psicológicas que se ofrecen está enfocado al tratamiento conductual para controlar los síntomas, promover las interacciones sociales, aumentar su capacidad para ser acertado en sus acciones, facilitar la exploración del mundo y fomentar las habilidades de adaptación.

En cuanto al tratamiento farmacológico, no hay ningún medicamento que disminuya o controle el padecimiento por sí mismo, su utilidad está dirigida a los síntomas más relevantes, por ejemplo conductas perseverantes o repetitivas, que en materia de salud mental se conocen como obsesiones y compulsiones.

Por ejemplo, repetir lo mismo por tiempo prolongado, lavarse las manos frecuentemente, tener depresión, ser agresivos o impulsivos, presentar conducta destructiva, tener convulsiones, hiperactividad o hipoactividad, lo que amerita el uso de medicamentos para estas manifestaciones.

Se ha demostrado que con tratamiento, algunos niños logran la capacidad de lenguaje aunque de manera rara; pues en lugar de decir tengo hambre o sueño se refieren a sí mismos en tercera persona: Juan tiene hambre o tiene sueño. O en lugar de decir: "mamá dame de comer", dicen "dale a Juan de comer" o "carga a Juan", por ejemplo.

También presentan dificultad en las funciones imaginativas y simbólicas que se usan en el juego, porque no saben cómo jugar ni cómo usar los juguetes. Los comportamientos repetitivos generalmente son en su persona: balanceo, giros, mueven sus dedos o manos, o hacen como si contaran dinero, actividades que pueden transcurrir por horas.

Algunos pacientes con autismo tienen déficit cognitivo, presentan deficiencia mental. Las estimaciones indican que 30 % de ellos lo tiene leve, moderado o grave. Aunque su capacidad intelectual es inferior al promedio, hay quienes desarrollan cierta habilidad especial o inusual, como en matemáticas, música, dibujo o aritmética.

Se cree que los factores genético y biológico son causa de autismo. En los casos de gemelos monocigóticos -que vienen de la misma célula-, en el que si uno tiene autismo, el hermano tiene hasta 36 % de posibilidad de padecerlo; pero en los gemelos bicigóticos (que cada uno viene de su propia célula), el porcentaje es de hasta 2 % de probabilidad.

Respecto a los factores biológicos, en el proceso de formación en el segundo trimestre del embarazo, pudiera haber alguna alteración a nivel del sistema nervioso central, cambios en la disposición de los circuitos cerebrales, anomalías en lóbulos frontal, parietal, y en centros internos, diferencias anatómicas y en las sustancias conocidas como "neurotransmisores" -dopamina y serotonina-, sobre todo en el lóbulo frontal, tálamo y cerebelo, que son partes internas; así como infecciones intrauterinas.