Una aplicación tópica de ácido elágico previene la destrucción del colágeno y la respuesta inflamatoria, que es la principal causa de las arrugas, tanto en células humanas de la piel como en las de ratones sin pelo (especialmente sensibles) durante una exposición continua a rayos UVB del sol.
El estudio fue realizado por investigadores de la Hallym University de Corea del Sur y presentado por Ji Young Bae en una reunión sobre Biología Experimental de la Sociedad Americana de Nutrición en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans.
El ácido elágico es un antioxidante que se encuentra en numerosas verduras y frutas, especialmente en las frambuesas, fresas, arándanos y granadas, que estudios previos ya habían sugerido sus efectos fotoprotectores.
El estudio de la citada universidad descubrió que en las células de la piel humana el ácido elágico trabaja para proteger del daño causado por los rayos UV.
Ese ácido bloquea la producción de MMP (enzimas metalaproteinasa de matriz), que rompen el colágeno en las células dañadas de la piel, y reduce la expresión de una molécula implicada en la inflamación la ICAM.
Los científicos recurrieron a los ratones jóvenes (de cuatro semanas) machos y sin pelo, que es una variedad usada con frecuencia en estudios dermatológicos debido a la similitud fisiológica de su piel con la humana.
Una docena de esos roedores fueron expuestos durante ocho semanas a una radiación ultravioleta creciente -como la del luz del sol- tres veces a la semana y empezando por un nivel suficiente como para causar rojez o quemaduras en la piel humana.
Durante el ensayo, la mitad de los ratones recibieron diariamente aplicaciones de ácido elágico en la piel y el resto no.
Los ratones expuestos a las radiaciones UV que no recibieron ácido elágico desarrollaron arrugas y engrosamiento de la piel, frente a los roedores que sí fueron tratados, los cuales mostraron una formación reducida de arrugas.