Explicó que la prediabetes es un padecimiento en el que los niveles de glucosa en sangre son mayores a los normales en un rango que va de 100 a 125 mg/dL, pero que no son lo suficientemente altos como para diagnosticarlos como diabetes. "La prevención primaria de este problema se basa en una sana alimentación y en incrementar la actividad física, acciones que pueden retardar, e incluso evitar, el desarrollo de la enfermedad".
Sin embargo, la también médico internista precisó que cuando un cambio en los hábitos de vida son insuficientes es necesario utilizar lo antes posible algunos fármacos como la acarbosa (Glucobay), recomendado por la Federación Internacional de Diabetes como una terapia óptima en la atención y tratamiento de la prediabetes.
Dicha recomendación se basó en los resultados del Estudio Para Prevenir la Diabetes Mellitus en no Insulino Dependientes (STOP-NIDDM, por sus siglas en inglés), el cual demostró que el tratamiento con acarbosa puede frenar significativamente la intolerancia a la glucosa hasta llevarla a un nivel normal, reduciendo en 36% la progresión de prediabetes a diabetes tipo 2, además de disminuir en 49% el riesgo de presentar el primer evento cardiovascular y en 91 por ciento un infarto del miocardio.
La doctora Alexanderson destacó que estos hallazgos representan un gran avance, pues de acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes alrededor de 11% de los prediabéticos pueden desarrollar en un lapso de 5 a 10 años diabetes tipo 2; incluso, se sabe que son 1.5 veces más susceptibles de sufrir derrames cerebrales en comparación con una persona sana.
Es por eso que, "una vez detectada la prediabetes, los médicos debemos iniciar el tratamiento interviniendo principalmente en el estilo de vida". Explicó que "con sólo bajar gradualmente de peso a través de una alimentación balanceada, realizar 30 minutos de ejercicio al día y tomar sus medicamentos orales entre los que puede estar Glucobay, los pacientes pueden frenar su evolución hacia la diabetes tipo 2".
Aseguró que la enfermedad cardiovascular puede presentarse antes de la diabetes clínica; incluso, con alteraciones que predisponen al desarrollo de aterosclerosis (bloqueo de las arterias por acumulación de grasas que impiden el flujo sanguíneo). De ahí que "normalizar los niveles de glucosa en estado prediabético igualmente previene el deterioro de la salud cardiovascular, especialmente en personas mayores de 40 años con historia familiar de diabetes u otros factores de riesgo, entre ellos consumo de tabaco y colesterol alto".
La especialista destacó que en ese sentido el automonitoreo es la brújula del control de la diabetes, ya que permite al médico y a los familiares visualizar la respuesta del organismo al tratamiento integral. No obstante, dijo que el mayor problema radica en que los pacientes no están educados para realizar esta práctica en forma adecuada y piensan erróneamente que los glucómetros son difíciles de usar.
Sin embargo, existen modernos aparatos libres de calibración de uso muy sencillo, que promueven la autonomía y responsabilidad del paciente respecto al control de su enfermedad. "Estos innovadores equipos ofrecen una exactitud cercana al 96 por ciento, requieren una mínima cantidad de sangre, son pequeños, portátiles, prácticos y cuyos resultados son fáciles de leer, de modo que los pacientes pueden utilizarlos con seguridad y confianza".
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