Un equipo de científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo ha llegado a esta conclusión tras analizar durante treinta años a nueve millones de personas pertenecientes a dos millones de familias.
De los nueve millones, 35.985 personas padecía esquizofrenia y 40.487 trastorno bipolar.
Los investigadores midieron el riesgo de los familiares de primer grado de los afectados -padres, hijos, hermanos y hermanastros- de padecer esquizofrenia, trastorno bipolar o ambas enfermedades (comorbilidad).
En declaraciones, el responsable de la investigación, Paul Lichtenstein, explicó que los parientes de los pacientes con esquizofrenia tenían mayor riesgo de sufrir trastorno bipolar que la población general.
Asimismo, los familiares de los afectados por trastorno bipolar presentaron mayor riesgo de padecer esquizofrenia que la población general.
Este descubrimiento arroja un poco de luz al debate médico creado en torno al interrogante de si ambas enfermedades son el resultado clínico de distintos procesos o si, por contra, son el resultado de procesos compartidos.
Los hermanos de los enfermos tenían una probabilidad de sufrir esquizofrenia nueve veces mayor que la que tenía la población general y una probabilidad ocho veces mayor de padecer trastorno bipolar.
Los hermanastros de madre presentaban 3,6 veces más posibilidades de tener esquizofrenia y 4,5 veces más de sufrir trastorno bipolar.
En cuanto a los hermanastros de padre, su probabilidad de padecer esquizofrenia era 2,7 veces la de la población general, y la de sufrir trastorno bipolar era 2,4 veces mayor.
La heredabilidad, esto es, la proporción de un rasgo heredado genéticamente y no aprendido o adquirido por la influencia del entorno, fue del 64 por ciento en los casos de esquizofrenia y del 59 por ciento en los de trastorno bipolar.
Por su parte, las causas de comorbilidad fueron genéticas en un 63 por ciento de los casos.
Lichtenstein explicó que, aunque su equipo no llevó a cabo un análisis de los cromosomas, los resultados del estudio indican que el trastorno bipolar y la esquizofrenia tienen que compartir regiones de genes.
"Los mismos grupos de genes confieren susceptibilidad a diferentes problemas psiquiátricos", agregó a Efe.