El virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual (ETS) más común tanto en hombres como en mujeres, ya que se calcula que el 90% de las personas con una vida sexual activa entra en contacto con el virus. La buena noticia es que no todas ellas se infectan: en el 90% de los casos, el sistema inmunológico resuelve la situación. En el otro 10% se produce una infección persistente.
Problemas y Soluciones:
• El VPH puede producir lesiones precancerosas o displasias: alteraciones celulares leves, moderadas o severas. Se trata de lesiones intraepiteliales, que pueden ser de dos clases: de alto grado, cuando están producidas por los genotipos más oncogénicos, como el 16 y el 18, o de bajo grado, cuando están producidas por genotipos que no suelen evolucionar hasta un ‘carcinoma in situ’, como 6, 11, 40 y 42, entre otros.
• Actualmente, están comercializadas dos vacunas: la bivalente que protege contra los genotipos 16 y 18 y la tetravalente también que incluye al 6 y el 18, por lo que también protege frente a los condilomas. Su eficacia preventiva del cáncer de cérvix se considera similar.
• Es importante acudir a los controles ginecológicos rutinarios: para que la citología detecte si hay alteraciones celulares y se puedan practicar pruebas más específicas. El control ginecológico permite diagnosticar no solo el VPH, sino también el cáncer de cérvix en estadios tempranos, a tiempo de extirparlo mediante un procedimiento quirúrgico relativamente simple denominado conización.
• Recuerde que el uso del preservativo protege, pero no es 100% eficaz. Llevar un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada, actividad física suficiente y evitación de hábitos tóxicos para favorecer un sistema inmunológico fuerte y capaz de combatir el virus.