La cúrcuma se ha utilizado en la India desde hace más de 5.000 años, que es probablemente la razón del porqué, aún hoy en día sus poblaciones rurales y urbanas tienen algunas de las tasas más bajas de prevalencia de la enfermedad de Alzheimer en el mundo. Un estudio reciente encontró que menos de un gramo de cúrcuma día, tomadas durante tres meses, ayudó en la recuperación de pacientes con Alzheimer.
Enfermedad de Alzheimer: un rito moderno perturbador que precede a la muerte
Un diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, por desgracia se ha convertido en un rito de iniciación en los llamados países desarrollados. El Alzheimer se considera la forma más común de demencia, que se define como una grave pérdida de la función cognitiva en personas previamente no deterioradas, más allá de lo que se espera del envejecimiento normal.
Un estudio de 2006 estimó que 26 millones de personas en todo el mundo sufren de Alzheimer, y que para el año 2050, la prevalencia se cuadruplicará, momento en el cual, de 1 en 85 personas en todo el mundo serán afectadas por la enfermedad.
Dado el alcance mundial del problema, el interés por las intervenciones preventivas y terapéuticas seguras y efectivas dentro de las profesiones médicas y alternativas convencionales, están creciendo por igual.
Desafortunadamente, enfoques basado en medicamentos convencionales pueden resultar en un daño neurológico grave, como lo demuestra el hecho de que, esta clase de medicinas conlleva un riesgo alarmante de convulsiones, según las estadísticas de vigilancia de la Organización Mundial de la Salud posterior a la comercialización.
Por lo tanto, a lo que el público cada vez le está apostando más, es a terapias que dependen de los alimentos que probadas por el tiempo son seguras y naturales y de otra manera más eficaces, como lo son las especias como la cúrcuma e ingredientes culinarios comunes.
La cúrcuma ayuda en la recuperación de pacientes con Alzheimer
A finales del año pasado, un notable estudio fue publicado en la revista Ayu titulado “Efectos de la cúrcuma sobre la enfermedad de Alzheimer con síntomas conductuales y psicológicos de demencia“. Los investigadores describen a tres pacientes con la enfermedad de Alzheimer, cuyos síntomas conductuales fueron “mejorado notablemente”, como consecuencia del consumo de 764 miligramos de la cúrcuma (curcumina 100 mg / día) durante 12 semanas. Según el estudio:
“Los tres pacientes mostraron irritabilidad, agitación, ansiedad y apatía, dos pacientes sufren de incontinencia urinaria. A ellos les fueron prescritos cápsulas de polvo de cúrcuma y comenzaron a recuperarse de estos síntomas sin ninguna reacción adversa en los datos de síntomas y laboratorio clínico.”
Después de sólo 3 meses de tratamiento, tanto los síntomas de los pacientes y la carga sobre sus cuidadores disminuyeron significativamente.
El informe describe las mejoras de esta manera:
“En un caso, el Mini-Examen del Estado Mental (MMSE), subió cinco puntos, del 12/30 al 17/30 En los otros dos casos, no se observaron cambios significativos en el MMSE. Sin embargo, llegaron a reconocer a su familia después de llevar el tratamiento por un año. Todos los casos han estado tomando la cúrcuma durante más de 1 año, la re-exacerbación de los síntomas conductuales y psicológicos de demencia no fueron vistos”.
Este estudio ilustra cuán poderosa una simple intervención natural utilizando una hierba culinaria probada con el tiempo puede ser. Teniendo en cuenta que la cúrcuma se ha usado medicinalmente y como ingrediente culinario por más de 5.000 años en la cultura india, incluso alcanza el status de una “diosa de oro”, no debemos sorprendernos de este resultado. De hecho, estudios epidemiológicos de poblaciones indígenas revelan que tienen una prevalencia muy baja de la enfermedad de Alzheimer en relación con las naciones occidentales, y esto es cierto tanto para las zonas rurales y urbanas “occidentalizadas” de la India.
Propiedades de la cúrcuma contra el Alzheimer
En algunos estudios se ha determinado que la curcumina (componente de la cúrcuma) es capaz de aumentar el aclaramiento de la placa patológica beta-amiloide en pacientes con enfermedad de Alzheimer, y que en combinación con la vitamina D3 el proceso neurorestaurador es aún mayor. Investigación preclínica adicional, indica que la curcumina (y sus análogos) tiene efectos inhibitorios y de protección contra la enfermedad asociando proteínas β-amiloide de Alzheimer.
Otros mecanismos de lucha contra el Alzheimer incluyen:
Anti-inflamatoria: Se ha encontrado que la curcumina desempeña un papel protector contra la proteína asociada con la inflamación β-amiloide.
Anti-oxidante: La curcumina puede reducir el daño a través de propiedades antioxidantes.
Anti-citotóxica: La curcumina parece proteger contra los efectos de proteínas β-amiloide que dañan las células.
Anti-amiloidogénica: La cúrcuma contiene una variedad de compuestos (curcumina, tetrahidrocurcumina, demetoxicurcumina y bisdemetoxicurcumina) que pueden atacar a la raíz patológica que causa la enfermedad de Alzheimer mediante la prevención de la formación de la proteína β-amiloide.
Neurorestauradoras: curcuminoides parece rescatar la potenciación a largo plazo (una indicación de la memoria funcional) deteriorado por el péptido amiloide, y puede revertir el daño fisiológico mediante la restauración de neuritas distorsionadas y perturbar las placas existentes.
Propiedades quelantes de metales: La curcumina tiene una mayor afinidad de unión para el hierro y el cobre en lugar de zinc, que puede contribuir a su efecto protector en la enfermedad de Alzheimer, ya que el daño mediado por hierro puede jugar un papel patológico.
La cúrcuma es de los principales alimentos contra el Alzheimer
Otros incluyen:
Aceite de coco: El aceite de coco contiene aproximadamente 66% de triglicéridos de cadena media en peso, y es capaz de mejorar los síntomas de deterioro cognitivo en aquellos que sufren de demencia mediante el aumento de cuerpos cetónicos cerebrales, y tal vez más notablemente, dentro de una sola dosis, y dentro de sólo dos horas.
Cacao: Un estudio de 2009 encontró que las procianidinas del cacao pueden proteger contra la peroxidación lipídica asociada con la muerte celular neuronal de una manera relevante a la enfermedad de Alzheimer.
Salvia: Un estudio de 2003 encontró que el extracto de salvia tiene valor terapéutico en pacientes con enfermedad de Alzheimer de leve a moderada.
El ácido fólico: Si bien la mayoría de las investigaciones positivas de la vitamina B se han realizado en la versión semi-sintética, ésta puede tener efectos adversos para la salud no deseados, la fuente ideal para vitamina B es el follaje, es decir, vegetales de hojas verdes, ya que sólo los alimentos proporcionan folato. Además, todo el grupo B de vitaminas, especialmente incluyendo la B6 y B12, pueden tener el máximo valor en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y el tratamiento.
Resveratrol: este compuesto se encuentra principalmente en las uvas de la dieta occidental, el vino, el cacahuate y chocolate.
Otras terapias naturales potentes incluyen:
Gingko biloba: Es una de las pocas hierbas que se ha demostrado ser al menos tan eficaz como el Aricept farmacéutico en el tratamiento y mejora de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
Melissa offinalis: Esta hierba, también conocida como bálsamo de limón, se ha encontrado que tienen un efecto terapéutico en pacientes con enfermedad de Alzheimer de leve a moderada.
Azafrán: esta hierba se compara favorablemente con el donepezil, fármaco que se usa en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer leve a moderada.
Como siempre, lo importante es recordar que es nuestra dieta y exposiciones ambientales que determinan en gran medida el riesgo de nuestro cerebro al acelerado envejecimiento y demencia asociada. La prevención es una estrategia infinitamente mejor, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los elementos terapéuticos mencionados anteriormente pueden ser utilizados en los alimentos como especias. Trata de incorporar pequeñas dosis de especias de alta calidad culinaria como la cúrcuma en su patrón de dieta, recordando que ‘agregarlo a gusto, de una manera que sea verdaderamente agradable, puede ser el último estándar para determinar lo que es una “dosis” sana para ti.