Debemos seguir siempre una alimentación completa y equilibrada porque es la única forma de que no tengamos carencias de vitaminas, minerales y aminoácidos, todos ellos necesarios para una lucir una piel bonita y luminosa.
Las frutas y las verduras, sobre todo crudas o poco cocinadas, son imprescindibles para la piel, ya que muchas de ellas contienen vitamina C que ejerce una acción antioxidante que nos protege frente los radicales libres. Algunos vegetales como las zanahorias, los pimientos y los tomates son ricos en betacarotenos, muy beneficiosos y que además mejoran el tono de la piel. Asimismo el chocolate negro es rico en flavonoides antioxidantes que protegen la piel de los radicales libres. La vitamina E es otro potente aliado para la piel, y se encuentra principalmente en el aceite de oliva y los cereales integrales.
Los alimentos ricos en fibra, como los vegetales, pueden ayudarnos a eliminar las toxinas, por lo que el aspecto de la piel también mejorará.
Los alimentos que nos aportan omega 3, como los pescados azules y los frutos secos son ideales para conseguir una piel bonita porque ayudan a que esté más hidratada y sana.
De todas formas para conseguir una piel resplandeciente y con un aspecto joven debemos renunciar al tabaco que genera radicales libres y agudizan el envejecimiento. El sol provoca un envejecimiento prematuro muy acusado si no nos protegemos, por ello siempre debemos utilizar un protector solar elevado. En cuanto al alcohol, es uno de los principales factores que favorece la deshidratación cutánea.
El exceso de azúcar y de hidratos de carbono de absorción rápida como los contenidos en la bollería y las bebidas azucaradas también son perjudiciales, por eso lo mejor siempre es beber al menos dos litros de agua al día para que la piel esté hidratada.