El argán (argania espinosa), conocido también como acebuche espinoso pertenece a la familia de las sapotáceas, de hoja coriácea, flores pequeñas y amarillas, y fruto como un dátil verdiamarillo, de lentís
imo crecimiento tarda de cinco a seis años en dar su primer fruto.
Se encuentra en Marruecos, en toda la franja que va hasta
Tarourudant y Tiznit, en el límite sahariano. También se encuentra en ciertas zonas de México y unos pocos ejemplares en Andalucía. Crecen en zonas de altitud no superior a 800m, en clima seco. Sus raíces son profundas, hasta 10m de profundidad, por lo que aguantan bien con un par de buenas lluvias al año. En tiempo excesivamente seco pierde sus hojas, evitando la excesiva transpiración, para volverlas a recuperar con las primeras lluvias.
Los frutos de éste árbol, de donde se extrae el aceite, que empiezan a madurar con los primeros calores de junio, se recogen tradicionalmente de una manera muy original: la recolectan las cabras.
Cuando el pasto escasea, las cabras se suben a los árboles para comer sus hojas, sus brotes tiernos y sus frutos. Por la noche, ya en el aprisco, los animales empiezan a rumiar, escupen los huesos de los frutos, grandes como bellotas y duros como almendras, que el pastor recoge sin haberse pinchado ni una sola vez. Otro método es recogerlos de debajo del árbol cuando estos han caído maduros y dejarlos secar, pelarlos y sacar el hueso.
La extracción de éste aceite era totalmente artesanal, no existían fábricas para su extracción industrial. Cien kilos de fruta madura se componen de 50 litros de agua, 22 kg de pulpa seca que aprovecha el ganado, 25 kg de cáscaras que sirven para el fuego y tan sólo 3 kg de pipas, de donde se extrae el aceite con un método realmente artesanal y neolítico. Cada hueso se tiene que partir, tarea que realizan las mujeres y los niños, y contiene 3 pipas del tipo de la de calabaza. Éstas se tuestan hasta que comiencen a ennegrecer, se m
Los frutos de éste árbol, de donde se extrae el aceite, que empiezan a madurar con los primeros calores de junio, se recogen tradicionalmente de una manera muy original: la recolectan las cabras.
Cuando el pasto escasea, las cabras se suben a los árboles para comer sus hojas, sus brotes tiernos y sus frutos. Por la noche, ya en el aprisco, los animales empiezan a rumiar, escupen los huesos de los frutos, grandes como bellotas y duros como almendras, que el pastor recoge sin haberse pinchado ni una sola vez. Otro método es recogerlos de debajo del árbol cuando estos han caído maduros y dejarlos secar, pelarlos y sacar el hueso.
La extracción de éste aceite era totalmente artesanal, no existían fábricas para su extracción industrial. Cien kilos de fruta madura se componen de 50 litros de agua, 22 kg de pulpa seca que aprovecha el ganado, 25 kg de cáscaras que sirven para el fuego y tan sólo 3 kg de pipas, de donde se extrae el aceite con un método realmente artesanal y neolítico. Cada hueso se tiene que partir, tarea que realizan las mujeres y los niños, y contiene 3 pipas del tipo de la de calabaza. Éstas se tuestan hasta que comiencen a ennegrecer, se m
achacan y se muelen en un rústico molino de piedra, hasta que una miel opaca y espesa empieza a chorrear por la boca del molino. Tiene la consistencia de una crema de sésamo. Durante una semana descansa en un lugar fresco y oscuro hasta que se seque. Las mujeres van formando bolas que van apretando hasta que empieza a escurrir, poco a poco, aceite de ésta pasta semiseca. El aceite es ligero y transparente, más ligero y digestivo que el de oliva, de color marrón claro y sabor fuerte y agradable. La pasta restante se da de nutritivo alimento para el ganado. En los zocos se vende pero ya mezclado, cosa que se reconoce por los posos que tiene.
En el campo marroquí, se come con todo, aún lo desayunan muchos campesinos con un poco de pan, sirve de aderezo a los tahines diarios o al cuzcuz. También se fabrican jabones o se utiliza como combustible para las lamparillas.
Se utiliza para dar fricciones en dolores reumáticos y de articulaciones. Donde ha resultado realmente una bendición es para el cuidado y mantenimiento de la piel. Ya hay laboratorios franceses de cosmética han comenzado a importarlo utilizándolo sobre todo en cremas bronceadoras. Tanto interés ha suscitado que el gobierno marroquí, que es el propietario de los bosques de arganes, de su administración cuidado y protección, y las corporaciones locales de repartir los frutos y la leña, se ha hecho cargo de su protección. Se han empezado a criar en los invernaderos de los servicios de Agadir y de Essaouria. Se deben cuidar esmeradamente los dos primeros años después de su trasplante para que arraiguen bien, y necesitan diez años para asegurar su supervivencia. Al ser bosques de difícil rejuvenecimiento, pues son árboles de crecimiento lento, se puede considerar al argán como una
especie en peligro de extinción, aunque queden ejemplares enormes en los bosques autóctonos.
Tiene muchas cosas en común con el aceite de oliva, pero es más estable que este y más rico en vitamina E, con un alto contenido en ácido linoléico, ácido graso esencial es aconsejado para reducir la tasa de colesterol y prevenir enfermedades cardiovasculares. También se utiliza en ca
sos de esterilidad masculina y femenina y cuando hay peligro de aborto. Existen populares preparados fortalecedores y tonificantes para niños, personas débiles y convalecientes, que usan como base éste aceite. La virtu
d más conocida es su capacidad de frenar la degeneración de los tejidos, por lo que abundan los usos cosméticos.Para el cuidado de la piel se ha de untar el cuerpo completamente de aceite de argán y esperar cuarenta y cinco minutos antes de lavarse. Para la piel seca se mezcla a partes iguales aceite de argán y aceite de almendras dulces y se frota la piel una vez limpia. Como protector solar se mezcla a partes iguales con aceite de oliva y se unta el cuerpo antes del bronceado. Para uñas débiles se mezcla con jugo de limón y se pintan las uñas, dejándolas así toda la noche
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