En la actualidad para nadie es un secreto el papel que juegan las emociones humanas en la concepción de la salud integral, y desde luego, en el desarrollo de las enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) afirma que más del 90% de las enfermedades tienen un origen Psicosomático, de hecho, las características de personalidad, el manejo que tenemos de las emociones y la manera de lidiar con el estrés, conflictos, fracasos y frustraciones pueden potenciar o desarrollar diversas enfermedades.
La person
a es un todo integrado, la separación entre el cuerpo y el sí mismo, entre el cuerpo y la mente abre las puertas a la desintegración, a la desvalorización y nos hace cada vez más vulnerables a la enfermedad. Hoy sabemos que todas las enfermedades son fenómenos psicosomáticos o somato psíquicos, la experiencia más clara de esta realidad se vislumbra cuando comprendemos la profunda integración que existe entre nuestras emociones, el sistema nervioso, el sistema inmune y el sistema endocrino. La expresión de cualquier desequilibrio en nuestra salud invita a enfrentarla desde el ser humano en toda su complejidad vital.
No es por azar que las dos principales causas de muerte en nuestro país y en general en el mundo occidental están asociadas con manejos emocionales inadecuados: las enfermedades cardiovasculares: rabia, hostilidad, estrés; y las neoplasias malignas: culpa, resentimiento, pérdidas mal elaboradas. Si a esta lista agregamos el incremento constante en los accidentes de tránsito, la violencia cotidiana en todos sus órden
es, los problemas de estrés, las crisis de angustia o pánico y la depresión, el panorama se vuelve realmente desalentador. Las distintas manifestaciones de esta profunda crisis emocional de la sociedad occidental moderna ha cobrado y seguirá cobrando innumerables víctimas, ¿la razón?: estamos convencidos que se debe a una percepción marginal, que deja a un lado la posibilidad de asumir nuestra verdadera responsabilidad ético-emocional y compromiso conductual con la emergencia de la transformación.
La salud o la enfermedad no son sólo un asunto del otro que previene o cura, más allá de esta percepción tradicional es imperioso reenfocar la comprensión de la salud desde la experiencia humana y social, desde el sentido de ser los únicos dueños y responsables de ésta. Al final debe quedar claro que en todo desbalance o enfermedad existe un conflicto intrapersonal no concientizado y la necesidad urgente de armonizar el desequilibrio emocional.
En resumen, la enfermedad puede estar comunicándonos una necesidad urgente de revisar el estado emocional actual de la persona. Armonizar o restablecer la salud implica
una valiente actitud de toma de conciencia de las emociones que causan daño y afligen al individuo. La ignorancia afectiva de una realidad interpersonal basada en emociones injustamente calificadas de "negativas" y no canalizadas apropiadamente: odio, resentimiento, culpa, egoísmo, miedo y rabia, contribuye a una clara desvalorización de lo que somos y a una ceguera de las relaciones en bienestar con el entorno.
¿Qué podemos hacer para prevenir la enfermedad?
- Duerma lo suficiente, si puede más de ocho horas al día. Las deudas con el sueño se pagan caro pues reducen la función inmune del organismo.
- Ríase, inclusive de lo más serio. Con la risa se inunda el cuerpo de endorfinas, es una saludable terapia para prevenir enfermedades. Para Mario Benedetti (poeta uruguayo) hay que "defender la alegría", agregamos que quien defiende la risa cosecha alegría, ella es el mejor reflejo de un estado de ánimo positivo.
- Haga el amor, no menos de tres veces a la semana. Desde hace más de dos milenios los médicos orientales consideraban la importancia del amor y el sexo para el bienestar y la salud física y mental del hombre y la mujer. Estudios recientes demuestran que el acto sexual satisfactorio alarga la vida e incrementa las defensas del cuerpo. Se ha comprobado que a mayor número de orgasmos la calidad de vida aumenta y el riesgo de muerte disminuye.
- Tome conciencia de sus verdaderas necesidades, son el verdadero alimento del alma.
- Relájese, si no, tómelo con calma, más del 80% de las enfermedades están relacionadas con el Estrés.
- Realice ejercicios, es un excelente potenciador de la sensación de bienestar del organismo. Aquí la cantidad importa más que la duración o la intensidad, procure realizarlo entre tres y cinco veces a la semana.
- Duerma la siesta, es la gasolina del día. Aumenta la atención concentración, estimula la agudeza mental, la tranquilidad e incrementa el nivel de energía.
- Armonice los contextos, estamos orientados al placer, por eso fomente una adecuada inversión de energía para el placer con Ud. mismo, con su pareja, con su familia, con sus amigos, en el trabajo y en la comunidad.
- Convierta la crisis en la oportunidad, la profunda movilización de la energía que nos proporciona el conflicto, el desbalance o desequilibrio es en nuestra naturaleza dinámica la principal fuente para el cambio en bienestar. Es el proceso y la oportunidad más hermosa que nos brinda la naturaleza, siempre establezco un símil con los árboles en el verano, se secan hasta el punto de perder su última hoja, al poco tiempo el verdor renace de la nada, este es el ciclo eterno que nos brinda como ejemplo lo obvio, el contacto y la retirada, el terminar para reiniciar, la insatisfacción para la satisfacción, la crisis para la oportunidad.
- Siempre la conciencia ecológica, el equilibrio dinámico de las totalidades integradas, la noción de ser parte de un sistema, el contacto armónico con todo lo que nos rodea, el profundo y sagrado respeto hacia el que es diferente y lo que es semejante a mí, es el único camino hacia la construcción y la presencia. Más que sobrevivir el clamor se encauza hacia el crecimiento y la evolución.
- Dé valor al papel armónico y complementario de los sexos, la realidad contemporánea nos indica que la mujer inteligente, sensible, emocionalmente equilibrada, profesional y responsable está sola. Esta triste afirmación invita a un profundo y serio análisis en sus dimensiones sociales, sobre todo al momento de considerar que el ser humano no se perpetúa en soledad. Asumir la necesidad de la vinculación hombre - mujer es ante todo dar valor y apreciar la amplia gama de enseñanzas que nos permite la comprensión de las diferencias individuales. En todo lo anterior radica un hecho obvio: la mujer no es hombre, el hombre no es mujer, asumir la organización de las relaciones basadas en la complementariedad y solidaridad entre "las dos mitades de la humanidad" (Eisler) evitaría la polarización y la soledad. Al final hay que aceptar que la vida es mujer: el potencial proveedor, integrador, cooperador, conservador y sensible esta allí, dispuesta al encuentro, no a la explotación.
- Tome conciencia de las adicciones, toda adicción evita el contacto con la emoción.
- Acepte que el sueño es el mensaje, el contenido onírico es el mejor mensaje que tenemos de nuestra existencia y de las necesidades que aún no han sido satisfechas, reasimilando las partes negadas y evitadas de nuestra personalidad podemos encontrar el camino real hacia la satisfacción individual y relacional.
- Aliméntese de las emociones que nutren, la alegría, el placer, el amor.
- De se cuenta de las emociones que lo afligen, los estados aflictivos como la rabia, la hostilidad, la tristeza, la depresión, la culpa y el resentimiento ejercen impacto negativo en el sistema inmune y por lo tanto sobre la salud.
- Exprese sus sentimientos con inteligencia emocional, aunque pudiera sonar a lugar común, considero que el respeto a la sabiduría que nos antecedió en todos los tiempos cobran un particular valor, por eso me atrevo a citar de nuevo a Aristóteles, quien lo expresó mejor que nadie hace unos cuantos siglos: "Cualquiera puede ponerse furioso... eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta... eso no es fácil". (citado de Daniel Goleman)
- Estimule las relaciones, el vínculo emocional estrecho con un ser querido es un factor considerado científicamente como un protector de la salud. El aislamiento social y la soledad prolongada sencillamente enferman.
- Fomente la calidad en las relaciones, no sólo el número es importante, parece más significativo el tener con quien compartir los sentimientos íntimos y mantener un contacto estrecho. El psicólogo Cacioppo afirmó: "Son las relaciones más importantes de la vida, las personas que uno ve día tras día, las que parecen cruciales para la salud". Recuerde esta frase siempre que se encuentre con la pareja, la familia o en el trabajo.
- Cultive la creencia en un ser superior y la compasión, se ha comprobado que la curación tiene más conexión con una actitud de empatía, solidaridad, esperanza y fe que con las intervenciones técnicas y farmacológicas. Para el Dalai Lama la compasión y el altruismo son cualidades necesarias para ser atraído de forma natural hacia nuestros propios recursos internos.
- Deje pasar, perdone, el cristianismo por medio de Jesús nos enseña la importancia de su práctica. Es el mejor antídoto contra el resentimiento y evita cargas emocionales innecesarias, la sabiduría popular bien dice que rectificar es de sabios.
- Aliente la paciencia y la tolerancia, son las virtudes de la salud, recuerde que todo tiene su momento, la paciencia y la tolerancia evitan el malestar de la rabia y la frustración, que se culpe a los demás y se guarden rencores, además de disminuir los enganches y rebusques emocionales con otras personas. Los problemas de salud crónicos están asociados con la impaciencia y la intolerancia, ambas desencadenan ira, hostilidad y hasta agresión.
- Aliméntese con sabiduría y placer, su cuerpo y sus emociones son el reflejo de lo que usted ingiere. El equilibrio en la cantidad y la calidad de los alimentos provee la energía necesaria a su organismo y mente. En los alimentos se encuentran las moléculas necesarias para prevenir o curar algunas enfermedades, de hecho las infinitas combinaciones que se pueden alcanzar a la hora de comer hacen de la alimentación la mejor aliada de la salud.