Las mujeres contemporáneas, además de buscar el éxito profesional, también están en constante búsqueda de grandes satisfacciones y experiencias personales que les permitan mantener una armonía con todo su entorno.
Una de las mejores inversiones para lograr este equilibrio es llevar una dieta correcta acompañada de una actividad deportiva constante.
Una forma sencilla y práctica es emplear alimentos funcionales, es decir, aquellos que además de tener la magia de su sabor y versatilidad gastronómica, ayudan al organismo a mantenerse en bajo riesgo cardiovascular.
Entre ellos se encuentra el aceite de oliva y la soya, los cuales tienen la capacidad de 'arrastrar' la grasa que obstruye las arterias a través de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados que contienen, además de aumentar el colesterol 'bueno' (HDL). Específicamente, el aceite de oliva es el de mayor contenido de ácidos grasos monoinsaturados y más bajo de saturados.
Aunque muchas de las dietas recomiendan una mínima cantidad de grasa, una alimentación correcta permite hasta 35% de sus calorías de esta fuente, dando oportunidad de emplear estos aceites en diversos platillos.
Además, las vitaminas liposolubles se encuentran justo en los aceites, por lo que representan un factor preventivo de envejecimiento celular y cáncer. La soya, por ejemplo, ha demostrado grandes beneficios sobre la prevención de cáncer relacionado con hormonas, como el de mama y de endometrio gracias a su acción antioxidante de las isoflavonas, presentes en ella.