Desintoxica y reequilibra el organismo.
El pau d’arco pertenece al género Tabebuia, que comprende más de cien especies de árboles o arbustos de hoja perenne nativos de las zonas tropicales de América. Numerosas tribus indígenas de la Amazonia colombiana han utilizado durante siglos diversas plantas de este género como remedio medicinal para combatir las úlceras de estómago, para regular la mens-truación e incluso para tratar la malaria con resultados positivos. Hoy se sabe que la mayoría de las especies Tabebuia poseen una corteza rica en diversos principios activos –aceites esenciales, ceras, saponinas, naftoquinonas y resinas– que actúan como agentes depurativos, tónicos sanguíneos, regeneradores celulares, inhibidores de gérmenes y estimulantes de las defensas. Además, suelen tener una acción sedante, analgésica y diurética.
La especie Tabebuia avellanedae es la que posee un mayor espectro medicinal. Su alto contenido en lapachol (3,7%) le da nombre a esta variedad en Argentina, donde popularmente se le conoce como “lapacho”, mientras que en Brasil recibe la denominación “pau d’arco” y en Bolivia se le llama “tajibo”. El lapachol es una sustancia cuya estructura es similar a la vitamina K, lo que explica su acción sobre la coagulación de la sangre. Es también un agente antibacteriano natural con efectos probados sobre la Candida albicans, una levadura intestinal que coloniza fácilmente el organismo.
Muchas especies de Tabebuia se cultivan hoy día con finalidad decorativa, ya que se caracterizan por florecer antes de que el follaje caduco caiga y salgan los nuevos brotes. El lapacho es un hermoso árbol de unos 20 metros de altura que florece a finales de julio y se cubre de hermosas flores de color rosa-morado o amarillas, según la variedad. También es valiosa su madera, la cual es apreciada por su dureza, peso y resistencia al agua y a las pestes. Algunas especies son además muy resistentes al fuego. Los indígenas americanos elaboran con las flores rosadas un jarabe efectivo contra la tos, mientras que la corteza del lapacho amarillo tiene reconocidas propiedades antifebriles y, rallada en infusión, la usan contra las picaduras de víbora.
Usos terapéuticosFormas y dosis
Usos terapéuticos
Aunque las virtudes medicinales del pau d’arco provienen de las tribus indígenas de América, el estudio de sus componentes ha extendido sus ya tradicionales aplicaciones a diversas patologías:
Oncología: el té de pau d’arco se recomienda como tratamiento específico antitumoral, especialmente en los cánceres de esófago, faringe, pulmón y páncreas.
Infecciones: el lapachol inhibe el crecimiento de las bacterias gram + y de ciertos hongos. Es especialmente efectivo para tratar la candidiasis sistémica.
Dermatología: la maceración de una cucharada sopera de pau d’arco en medio vaso de agua es ideal para cicatrizar heridas, mitigar los brotes de psoriasis y eliminar afecciones por hongos, bacterias y parásitos.
Otras aplicaciones: es útil para tratar la anemia, la artritis, el asma, las cistitis, la diabetes, la gastritis, las úlceras pépticas, los eccemas, los pólipos intestinales, las venas varicosas y múltiples patologías infecciosas o degenerativas
El pau d’arco pertenece al género Tabebuia, que comprende más de cien especies de árboles o arbustos de hoja perenne nativos de las zonas tropicales de América. Numerosas tribus indígenas de la Amazonia colombiana han utilizado durante siglos diversas plantas de este género como remedio medicinal para combatir las úlceras de estómago, para regular la mens-truación e incluso para tratar la malaria con resultados positivos. Hoy se sabe que la mayoría de las especies Tabebuia poseen una corteza rica en diversos principios activos –aceites esenciales, ceras, saponinas, naftoquinonas y resinas– que actúan como agentes depurativos, tónicos sanguíneos, regeneradores celulares, inhibidores de gérmenes y estimulantes de las defensas. Además, suelen tener una acción sedante, analgésica y diurética.
La especie Tabebuia avellanedae es la que posee un mayor espectro medicinal. Su alto contenido en lapachol (3,7%) le da nombre a esta variedad en Argentina, donde popularmente se le conoce como “lapacho”, mientras que en Brasil recibe la denominación “pau d’arco” y en Bolivia se le llama “tajibo”. El lapachol es una sustancia cuya estructura es similar a la vitamina K, lo que explica su acción sobre la coagulación de la sangre. Es también un agente antibacteriano natural con efectos probados sobre la Candida albicans, una levadura intestinal que coloniza fácilmente el organismo.
Muchas especies de Tabebuia se cultivan hoy día con finalidad decorativa, ya que se caracterizan por florecer antes de que el follaje caduco caiga y salgan los nuevos brotes. El lapacho es un hermoso árbol de unos 20 metros de altura que florece a finales de julio y se cubre de hermosas flores de color rosa-morado o amarillas, según la variedad. También es valiosa su madera, la cual es apreciada por su dureza, peso y resistencia al agua y a las pestes. Algunas especies son además muy resistentes al fuego. Los indígenas americanos elaboran con las flores rosadas un jarabe efectivo contra la tos, mientras que la corteza del lapacho amarillo tiene reconocidas propiedades antifebriles y, rallada en infusión, la usan contra las picaduras de víbora.
Usos terapéuticosFormas y dosis
Usos terapéuticos
Aunque las virtudes medicinales del pau d’arco provienen de las tribus indígenas de América, el estudio de sus componentes ha extendido sus ya tradicionales aplicaciones a diversas patologías:
Oncología: el té de pau d’arco se recomienda como tratamiento específico antitumoral, especialmente en los cánceres de esófago, faringe, pulmón y páncreas.
Infecciones: el lapachol inhibe el crecimiento de las bacterias gram + y de ciertos hongos. Es especialmente efectivo para tratar la candidiasis sistémica.
Dermatología: la maceración de una cucharada sopera de pau d’arco en medio vaso de agua es ideal para cicatrizar heridas, mitigar los brotes de psoriasis y eliminar afecciones por hongos, bacterias y parásitos.
Otras aplicaciones: es útil para tratar la anemia, la artritis, el asma, las cistitis, la diabetes, la gastritis, las úlceras pépticas, los eccemas, los pólipos intestinales, las venas varicosas y múltiples patologías infecciosas o degenerativas