Esta es la forma de artritis más común. También se le conoce como artritis degenerativa. Hay más de diez veces más casos de osteoartritis que de artritis reumatoidea. Aunque afecta a más mujeres que hombres, tiende a desarrollarse a una edad más temprana en los hombres. La mayor parte de las víctimas de osteoartritis tienen 55 años o más de edad.
En la osteoartritis se produce un deterioro del cartílago que cubre el final del hueso donde éste se une a otro hueso formando una articulación. Al deteriorarse este cartílago que funciona como amortiguador, los huesos rozan entre sí al moverse causando dolor, rigidez y en muchas ocasiones, la formación de crecimientos óseos llamados osteofitos o espolones que pueden interferir con el funcionamiento normal de la articulación y causar más dolor. Aunque la osteoartritis puede afectar cualquier articulación las más comúnmente afectadas son aquellas que soportan peso como las de las rodillas, la espina dorsal, los pies y las caderas, o aquellas que llevan a cabo una gran cantidad de movimientos como las manos.
Aunque se piensa que una gran cantidad de casos de o
steoartritis son causados por un desgaste general de la articulación provocado por el uso continuo a través de largos años muchos investigadores piensan que la realidad es más compleja. Algunos casos pueden ser causados o exacerbados por otros factores tales como: trauma (entre estas, fracturas), obesidad (la cual hace que las articulaciones tengan que trabajar más duro), o estrés repetitivo. Algunos investigadores creen que puede haber un factor genético involucrado. Se cree que la osteoartritis en muchos casos comienza con alguna anormalidad en las células que sintetizan los componentes del cartílago como el colágeno (una proteína fuerte y fibrosa que se encuentra en el cartílago y otros tejidos del cuerpo) y los proteoglicanos (unas sustancias que promueven la resistencia del cartílago).
Medicamentos - Los medicamentos más utilizados en el tratamiento de la osteoartritis son los llamados agentes no los agentes inflamatorios no esteroides como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin) y naproxeno (Aleve, Naprosyn, Anaprox) Estos medicamentos ayudan a aliviar la inflamación pero tienen ciertos problemas asociados entre ellos el hecho de que pueden causar problemas estomacales, entre ellos úlceras y sangrado, al igual que dolor y diarreas. Otro problema es que se ha encontrado que uso de algunos de estos medicamentos, entre ellos la aspirina, puede acelerar la destrucción del cartílago y así contribuir al desarrollo de la osteoartritis, aun cuando a corto plazo pueden ayudar a aliviar e
l dolor y la inflamación. En los Estados Unidos también se ha solicitado que los fabricantes de agentes inflamatorios no esteroides incluyan en la etiqueta una advertencia de que pueden aumentar el riesgo de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares así como sangrado gastrointestinal. Algunos de estos medicamentos como el Ibuprofeno, están disponibles para uso local con lo que se puede aliviar los síntomas de la osteoartritis con un riesgo mucho menor de efectos como los ya mencionados.
Se utilizan también medicamentos esteroides, como cortisona, inyectados directamente a la articulación. Estos pueden aliviar temporalmente el dolor. También se puede inyectar líquido sinovial artificial (Synvisc, Hyalgan) en la rodilla. El alivio obtenido con este tratamiento puede ser efectivo por hasta seis meses.
Cirugía – cuando estos tratamientos son inefectivos se puede recurrir a la cirugía. Por medio de la cirugía se puede reemplazar parcial o totalmente la articulación afectada. Se puede llevar a c
abo también una cirugía para reposicionar los huesos, ajustar el cartílago que se ha roto o lesionado o para unir los huesos con el propósito de mejorar la estabilidad de la articulación y reducir el dolor.
Existen otros tratamientos tales como terapia a base de rayos láser, terapia proliferativa en la cual se inyecta una sustancia irritante que crea una reacción inflamatoria aguda que según sus proponentes fortalece y sana los tejidos dañados y la radiosinoviortesis en la cual se inyecta un isótopo radiactivo con el propósito de hacer más blando el tejido. Este es un procedimiento sumamente costoso pero tiene un elevado porcentaje de éxito.
La alimentación - la alimentación puede tener importantes efectos en el desarrollo de la osteoartritis. En primer lugar, se sospecha que algunos vegetales como la berenjena, el tomate, las papas o patatas y los pimientos pueden en algunos casos servir de gatillo disparador en el desarrollo de la osteoartritis. Existe alguna evidencia clínica de esto aunque existen estudios que lo comprueben. Estos vegetales contienen una sustancia llamada solanina a la cual algunas personas, especialmente las que sufren de artritis pudieran ser susceptibles y que puede hacer que aumente el dolor y las molestias que padecen.
El aspartame y la osteoartritis - evite el edulcorante
artificial aspartame, existe evidencia de que el aspartame puede ayudar a destruir los cartílagos. Curiosamente existe evidencia de que el aspartame, al igual que los agentes antiinflamatorios no esteroides puede ayudar a reducir el dolor de la artritis. Sin embargo el costo es un avance más rápido de la enfermedad.
Antioxidantes - algunos investigadores creen que los antioxidantes como la vitamina C y E pueden ser de ayuda. En un estudio se encontró que el alto consumo de antioxidantes, especialmente la vitamina C en dosis de entre 120 y 240 miligramos al día en personas que padecían de osteoartritis resultó en un retardo del avance de la enfermedad. Por otra parte no se encontró que
la vitamina C redujera el riesgo de contraer la enfermedad. En algunos estudios se ha encontrado que las personas que padecen de osteoartritis ingieren menos vitamina E en la dieta que quienes no padecen de osteoartritis. Sin embargo, los estudios relacionados con los efectos de la vitamina E sobre la osteoartritis son inconsistentes y se necesitan estudios adicionales.
Vitamina D - la vitamina D puede jugar un papel importante en el tratamiento de la osteoartritis. Se ha encontrado que los pacientes de osteoartritis tienen un consumo de vitamina D mucho menor que la cantidad recomendada. Los bajos niveles de vitamina D están asociados a un empeoramiento de la osteoartritis. Varios estudios sugieren que la vitamina D puede ayudar a retardar el progreso de la osteoartritis. Se sugiere también que la vitamina D también ayuda a prevenir la osteoartritis., sin embargo esto no se ha confirmado. Existen dos formas
de vitamina D: la D2 y la D3. Si utiliza un suplemento de vitamina D prefiéralo en forma de D3 ya que es más efectiva.
Niacinamida - una forma de vitamina B3 o niacina conocida como niacinamida parece tener el efecto de mejorar la función de las articulaciones afectadas por la osteoartritis, reducir el dolor y otros efectos benéficos. Las dosis utilizadas para lograr estos efectos son bastante elevadas, entre 900 y 4,000 miligramos al día. Esta cantidad de niacinamida tiene el potencial de causar efectos tales como intolerancia a la glucosa y daños al hígado por lo que sólo debe utilizarse bajo estricta supervisión médica que incluya una prueba de enzimas hepáticas cada tres meses.
SAM-e - S-adenosilmetionina – este es un compuest
o formado en el cuerpo al combinarse el aminoácido metionina con el trifosfato de adenosina que es la molécula que es la principal fuente de energía inmediata en las células. Se ha encontrado que SAM-e puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación de las articulaciones y promover la reparación de los cartílagos. SAM-e proporciona alivio del dolor similar al de los agentes antiinflamatorios no esteroides pero sin los efectos secundarios de estos. Si decide utilizar SAM-e para la osteoartritis consuma también un suplemento que contenga vitamina B12 y ácido fólico ya que cuando hay deficiencia de estos nutrientes SAM-e pierde su efectividad. La desventaja principal de SAM-e es que su costo es bastante elevado.
Cuando hay inflamación presente puede utilizarse bromelina (una serie de enzimas obtenidas de la piña), curcumín y jengibre ya que poseen una notable actividad antiinflamatoria.
Boswellia serrata – esta planta, nativa de la India ayuda a aliviar la inflamación y la hinchazón. En tiempos recientes se han desarrollado suplementos con una alta concentración de ácidos boswelicos, las compuestos activos de esta planta que han producido mejores resultados que los suplementos anteriores hechos a base de una resina de la Boswellia serrata conocida como salai guggul. Para el tratamiento de la osteoartritis se pueden consumir 400 miligramos de ácidos boswelicos tres veces al día. Al presente no se han reportado efectos secundarios producidos por los ácidos boswelicos. Sin embargo, se recomienda que las embarazadas no consuman Boswellia serrata.
Yucca – esta planta ayuda a prevenir la inflamación. Se cree los efectos benéficos de la yucca se producen no por medio de una acción directa sobre las articulaciones sino a través de efectos sobre la flora intestinal. Una posibilidad es que la yucca haga que se reduzca la absorción de toxinas producidas por las bacterias intestinales. Se sabe que estas toxinas reducen la formación de cartílago. Por tanto si se reduce la absorción de estas
bacterias la producción de cartílago se verá afectada en un grado menor. Una dosis de esta planta sugerida para personas que padecen de osteoartritis es de tres a seis gotas de un extracto saponificado dos veces al día. Puede mezclarse con ¼ de taza de agua.
Sulfato de glucosamina y sulfato de condoitrina – estas son sustancias que se encuentran naturalmente en las articulaciones. La glucosamina es un azúcar modificado que se cree toma parte en la producción y reparación de cartílago. La condoitrina forma parte de una molécula de gran tamaño llamada protoglicano que aumenta la elasticidad del cartílago.
En algunos estudios se ha encontrado que el sulfato de glucosamina ayuda a aliviar el dolor y la inflamación de la osteoartritis a pesar de no poseer un elevado efecto directamente antiinflamatorio. Se piensa que la glucosamina funciona promoviendo la síntesis de cartílago ayudando así a reparar las articulaciones dañadas. Si consideramos su falta de efectos secundarios estos resultados, de ser ciertos son sumamente esperanzadores para los pacientes de osteoartritis. Algunos estudios parecen indicar que la glucosamina trabaja más lentamente que medicamentos como el ibuprofeno. Sin embargo, a largo plazo los resultados de la glucosamina parecen ser iguales o superiores a los del ibuprofeno y sus efectos secundarios mucho menores.
El sulfato de glucosamina muchas veces se usa en combinación con el sulfato de condoitrina. La evidencia acerca de beneficios provistos por el sulfato de condoitrina a los pacientes de osteoartritis no es tan impresionante como la del sulfato de glucosamina. Estudios clínicos utilizando condoitrina administrada por vía oral parecen demostrar que su efectividad es menor que la del sulfato de glucosamina.
Un estudio dado a la luz pública en febrero de 2006 puso en duda los beneficios de ambos suplementos. Sin embargo, un problema con este estudio es que la forma de glucosamina que se empleó fue la de hidrocloruro de glucosamina y no la de sulfato de glucosamina que es la que generalmente se emplea en los suplementos. Por otra parte, en este mismo estudio se encontró que un subgrupo de pacientes compuesto por aquellos que padecían de dolor más severo que los otros parece haber sido ayudado por la combinación de ambos suplementos. Hay quien señala que esto es una aberración estadística pero otros señalan que es algo que vale la pena investigar.