martes, 20 de octubre de 2009

CUIDADO CON LO QUE COMES


Los viajes o un hambre voraz hacen que muchas veces no se planteen dudas ante un alimento en mal estado. La mayoría de las colitis siguen estando causadas por bacterias. Una pequeña contaminación, por pequeña que sea, no es inofensiva ni mucho menos.

Poca gente conoce que, en condiciones idóneas, las bacterias de la intoxicación alimenticia se dividen para doblar su número cada 20 o 30 minutos. De este modo, es posible que una célula llegue a los dos millones en siete horas, y a siete mil millones en doce, sin olvidar que algunas sufren un proceso multiplicador mucho más rápido.

Una célula no hace daño, pero millones de células constituyen una gran calamidad. Aunque la mayoría de la gente se recupera de las intoxicaciones alimenticias, no hay que olvidar que éstas pueden ser mortíferas, sobre todo, frente a niños y ancianos.

Higiene y precauciones

Por muy limpios que seamos, las bacterias de la intoxicación alimenticia pueden entrar en casa por otros conductos. La salmonella, en particular, está en muchos productos animales y puede pasar desde los intestinos de los fiambres y otros productos cárnicos ya cocinados de un carnicero que no tenga los productos y utensilios completamente separados; de hecho, servidos por dependientes diferentes.

En temperaturas idóneas, las bacterias se multiplican muy bien en la carne, aves, pescados, mariscos, los productos lácteos, huevos, arroz y cualquier componente alimenticio que acompañe a éstos. Queda muy claro, entonces, que no hay que dar a las bacterias la oportunidad de entrar en contacto con los alimentos. Consecuentemente, la mejor herramienta contra las intoxicaciones es el frigorífico.



Consejos

Se debe enfriar la comida lo más rápidamente posible.

En cuanto se enfríe, se deben meter los alimentos en el frigorífico. Cuando la comida no se esté consumiendo, hay que guardarla bien al frío, pero todo el tiempo. No se debe recalentar y enfriar una comida. Es aconsejable calentar sólo la cantidad necesaria. El resto, hay que guardarlo, en porciones manejables en el frigorífico o en el congelador.

Proceso de descongelación.

Además, si fuera posible, descongele carne y aves en el refrigerador o en el microondas, pero no las deje durante horas en una cocina caliente. Recuerde, que ni la refrigeración ni la congelación matan las bacterias; puede que el frío no las permita multiplicarse, pero cada vez que el alimento esté en contacto con el calor, comienzan a hacerlo otra vez.

La higiene empieza por uno mismo.

En primer lugar, lávese las manos antes de manejar los alimentos, sobre todo cuando se ha pasado pòr el servicio, tocan focos de infección como granos o cortes, usado un pañuelo, o tocado la nariz o animales domésticos. También hay que incrementar las precauciones si se ha manejado carne cruda o pescado o realizado trabajos sucios.

Cuidado con los alimentos crudos.

A su vez, no debe permitir que la carne cruda ni el pescado entren en contacto con otros alimentos que estén depositados en el mismo frigorífico. También se evitará, en la medida de lo posible, que estos alimentos goteen sobre otros. Por último, la carne cruda y el pescado no deberán tocar los utensilios de cocina que más tarde se usarán para comidas ya preparadas, sin antes lavarlos.

Precaución con la mascota.

Si posee un animal doméstico, debe evitar que contamine los alimentos. Para ello, hay que tenerlos siempre muy bien tapados. Ni que decir tiene que ésta medida se reforzará en el caso de detectar moscas, cucarachas u otros insectos.



El riesgo al viajar

El riesgo de intoxicarse tiene mucho que ver con el país a dónde se viaje. Es fácil contraer una ligera intoxicación alimenticia cuando se viaja, porque cada bacteria tiene numerosas versiones ligeramente diferentes.

Además, los países menos desarrollados pueden combinar prácticas poco higiénicas con agua no purificada y una refrigeración poco adecuada.

Hay que tomar platos de comida fresca, no comidas frías ni recalentadas.

En cuanto a las bebidas, tomar sólo embotelladas, hasta para limpiar los dientes o utilizar pastillas de esterilización. El hielo, por supuesto, no se debe consumir.

La fruta, como medida de precaución, siempre se comerá pelada. El marisco que presente alguna duda, no comerlo.

Hay que tener especial cuidado con los productos lácteos. Puede que no estén pasteurizados. Las ensaladas evitarlas si no se está seguro de su higiene.



Cómo detectar el peligro

El aspecto de un alimento no es ninguna garantía de su buen estado. Muchas vedes, un producto puede contener las suficientes bacterias como para matar a cualquier persona y, sin embargo, tener un aspecto fresco y encantador.

Es mentira que alimentos altamente condimentados, como un guiso con curry, no puedan ser tóxicos. Algunas especias son antibacterianas; sin embargo, se han descubierto bacterias vivendo en latas de polvo de curry.

Los alimentos crudos para animales domésticos muchas veces llevan bacterias tóxicas: deberán estar bien cocinados antes de meterlos en el frigorífico o congelador.

Para estar seguro de la adecuada cocción de los alimentos, de los que no se esté seguro, es muy importante que el centro del alimento haya alcanzado la temperatura necesaria, en la que hay que mantenerse, por lo menos, durante 20 minutos.