Recientemente el actor Jim Carrey, junto a su novia Jenny McCarthy, protagonizaron una masiva marcha en Washington D.C. con el lema 'Green Our Vaccines' (Vacunas mas ecológicas), en busca de promover "vacunas más limpias de elementos tóxicos", según dijo McCarthy.
El hijo de McCarthy fue diagnosticado con autismo hace algunos años, por lo que escribió un libro sobre esa experiencia. Para la pareja de actores, este desorden del desarrollo del cerebro, conocido como autismo, fue provocado por el mercurio de una vacuna. De acuerdo con 'ABC News report', los índices de autismo, en Estados Unidos, han crecido en los últimos años y, mientras estudios realizados no han demostrado un vínculo que relacione a las vacunas con este mal, muchos padres permanecen ansiosos sobre una potencial conexión.
Recientemente la portada de la revista Time titulaba “la verdad sobre las vacunas”, en su nota principal debatía dos cuestiones, por un lado todo indica que todos los niños deben ser vacunados, pero por otro se produce una incompatibilidad con la voluntad y libertad de los padres sobre la elección de diferentes cuestiones acerca de sus hijos.
Detrás de las vacunas esta el imperio farmacéutico que moviliza muchísimo dinero en todo el mundo. Para estas multinacionales, descubrir una nueva vacuna supone un negocio inmenso ya que todos los países quieren proteger a sus habitantes. Los beneficios de los fabricantes son increíbles. Un claro ejemplo es el de la gripe aviar, que ante el temor de que pueda expandirse por el mundo, muchos países (principalmente europeos) adquirieron altas cantidades de vacunas a precios altísimos.
En estos momentos existen muchísimos proyectos sobre nuevas vacunas, en su mayoría de los casos es considera “de administración obligatoria” por los fabricantes.
Existe la posibilidad de que el sistema inmunitario se vea cada vez más afectado por tantas vacunas. De esta forma es más factible la proliferación de enfermedades auto inmunes, alergias, etc.
El debate esta abierto.