La última enfermedad tan de actualidad que podemos llegar a padecer si somos fumadores pasivos es el alzheimer, algo de lo que se han encargado de comprobar en un estudio llevado a cabo en Inglaterra sobre una muestra de 5.000 personas todas ellas fumadoras pasivas, a las que se les realizó varias pruebas neurológicas para comprobar su memoria y otras habilidades cognitivas.
Del estudio los investigadores concluyeron que las personas en las que el humo del tabaco forma parte de su vida aunque no fumen tienen más riesgo de sufrir algún deterioro cognitivo como el alzheimer y aunque no sabe exactamente las causas de esta relación tabaco-alzheimer se apunta a que el humo de los cigarrillos puede ejercer un efecto oxidativo, inflamatorio sobre nuestro cerebro, deteriorándolo.