Tú tienes dos formas de prevenir el cáncer: una, evitando el contacto con tantas sustancias cancerígenas como puedas; y dos, consumiendo los suficientes alimentos saludables para obtener los nutrientes que te protegen contra los elementos cancerígenos con que estás en contacto todos los días.
El Intenational Cancer Prevention Institute ha publicado el libro Ya puedes prevenir el cáncer, en el cual destaca que, en general lo mejor que puedes hacer es llevar una alimentación saludable. En la segunda parte de este artículo hablaremos sobre los 15 alimentos más importantes para prevenir el cáncer.
La dieta desequilibrada
Seguir una dieta saludable, rica en frutas, verduras y fibra, y baja en grasas, azúcares, harinas refinadas y carnes rojas, puede reducir drásticamente el riesgo de contraer cáncer. Igualmente el factor de riesgo más importante es probablemente llevar una alimentación desequilibrada como las siguientes:
Baja en fibra: Se asocia al aumento de riesgo de cáncer de colon porque los alimentos están más tiempo en el aparato digestivo.
Alta en grasas: El exceso de grasa en el cuerpo se ha ligado al cáncer. En las mujeres ocasiona el aumento de estrógeno en el cuerpo, incrementando el riesgo de cáncer.
Alta en proteínas: El exceso de proteína aumenta la probabilidad de sufrir cáncer porque los tumores se componen de proteína.
Alta en azúcares: El azúcar es promotora del cáncer porque su consumo excesivo genera glucosa, de la cual se alimentan los tumores.
Alta en carbohidratos simples: Son los carbohidratos sin fibra; se convierten en glucosa casi inmediatamente y si ésta no se utiliza se convierte en grasa.
Alimentos con factor de riesgo
Grasas: Consumirlas en exceso, sobre todo las saturadas (grasas animales, aceites hidrogenados), se asocia con el riesgo de cáncer.
Proteínas: Consumir constantemente proteínas animales puede conducir al cáncer; esto no significa que no debas comer ninguna, sino que sólo saborees un jugoso filete cada dos semanas, y diariamente consumas proteína de mejores fuentes como pescados, aves y soya.
Carnes asadas: No ases al carbón las carnes, porque la grasa que gotea sobre él despide un humo con químicos que si lo absorbe la carne es cancerígeno. Además, nunca quemes los alimentos al cocinarlos, porque crean mutágenos latentes; hazlo a temperaturas lo más bajas posible.
Carnes frías y embutidos: Evita las salchichas, salami, tocino, etc. porque contienen nitritos, que son graves agentes cancerígenos.
Enmohecidos: Cualquier alimento que contenga moho, como el queso roquefort, tiene químicos altamente riesgosos.
Hormonas: Constantemente consumimos carne y productos lácteos de animales que reciben hormonas en su engorda y pesticidas en su alimento, así como vegetales a los que les añadieron fertilizantes y preservativos. Esto tiene efectos cancerígenos porque es absorbido por nuestro cuerpo, debilita el sistema inmunológico y daña las células. La alternativa son los productos orgánicos, tanto vegetales como animales, criados y cultivados sin esas sustancias peligrosas.
Pescados: Evita el pez espada, tiburón y caballa, porque absorben más los metales pesados como el plomo y el mercurio.
Ahumados: Son promotores del cáncer los alimentos ahumados, encurtidos, salados o sobrecocidos, y aún más si contienen proteína animal.
Alimentos procesados: Las comidas enlatadas, congeladas, horneadas, etc., también contienen aditivos como azúcar, sal, grasas, conservadores y químicos. Evítalos y además toma mucha agua natural cada día para que tus riñones liberen más fácilmente los químicos que tu cuerpo absorbe de muchos alimentos.
Azúcar refinada: Los postres cargados de azúcar, refrescos, pasteles, jugos procesados, caramelos y dulces en general, sólo consúmelos de vez en cuando y mejor come frutas. Los jugos de frutas naturales previenen el cáncer igual que las frutas enteras, pero no deben contener ningún aditivo ni azúcar.
Carbohidratos simples: En lugar de harinas blancas despojadas de su fibra (cereales, panes, arroz y granos en general), consume harinas integrales, es decir, de trigo entero.
Alcohol: Su consumo excesivo se ha ligado al riesgo de cáncer. Se considera excesiva una cantidad superior a dos bebidas alcohólicas por día.